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A partir del 31 de agosto de 2021, se conmemora el Día Internacional de las personas afrodescendientes. Esta declaración se genera en el marco del centésimo aniversario de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Negros del Mundo y en medio del Decenio Internacional de las Personas Afrodescendientes (2015-2024) proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, bajo tres ejes principales: reconocimiento, justicia y desarrollo.
Esta fecha en particular busca reafirmar la libertad e igualdad de derechos, así como el reconociendo del potencial de los afrodescendientes en cuanto a las diversas contribuciones al desarrollo y bienestar de la sociedad en su conjunto. En el Día Internacional de las personas afrodescendientes, se insta a fortalecer los mecanismos y las estrategias integrales para la eliminación de todas las formas de discriminación contra los hijos e hijas de la diáspora africana, condenando enfáticamente las continuas prácticas violentas, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia. Se destaca que, desde la comunidad internacional, se rechaza el racismo estructural en todos los sistemas y se declara a la a trata transatlántica de seres humanos esclavizados, a la esclavización y sus rezagos como un grave crimen de lesa humanidad, y se llama a defender la dignidad humana y la igualdad.
Según las Naciones Unidas, en América Latina habitan alrededor de 200 millones de afrodescendientes, lo que representa un cuarto de la población de la región, es decir, uno de cada cuatro latinoamericanos se identifica como afrodescendiente. La importancia numérica de la diáspora africana en esta parte del continente es tan importante, que incluso la Unión Africana le dio entidad como la sexta región.
Sin embargo, la presencia de estos y el aporte cultural que representan no han sido reconocidos; sino que, por el contrario, los africanos y sus descendientes han sido sistemáticamente marginados y excluidos, incluso en las políticas gubernamentales. Actualmente las personas afrodescendientes enfrentan importantes obstáculos en relación con el ejercicio y la garantía de sus derechos colectivos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, esto como consecuencia de la discriminación estructural existente.
Los afrodescendientes en la región, habitan en general, en las zonas más pobres, con menor infraestructura y se encuentran mayormente expuestos al crimen y la violencia. Asimismo, enfrentan serios obstáculos para acceder a los servicios básicos, a la salud y educación superior; así como dificultades en obtener viviendas propias y al acceso a empleos bien remunerados, especialmente en los niveles gerenciales, y la problemática se agrava aún más al referirnos a la situación de las mujeres afrodescendientes. Adicionalmente, la subrepresentación y escasa participación de esta población en la esfera política, demuestran impedimentos adicionales para acceder a las estructuras del poder político y así tomar parte activamente en el diseño de políticas públicas orientadas a mejorar su situación.
En este marco, es importante visibilizar las luchas, esperanzas y resistencias de las personas afrodescendientes alrededor del mundo. Así como hacer un llamado a la comunidad internacional, a los Estados, y a la sociedad a sensibilizarse y tomar acción para resarcir la gran problemática que enfrentan los afrodescendientes. No basta únicamente con la declaratoria de un día de conmemoración al año, sino más bien, esta debe estar acompañada con la voluntad política de interiorizar los estamentos internacionales y dotar con recursos necesarios para el cumplimiento de la misma a través de la política pública, de planes, programas y proyectos multidimensionales y multisectoriales a corto, mediano y largo plazo, en aras de mejorar la calidad de vida de esta población y nivelar así las brechas de desigualdad existentes.
Desde la academia reflexiva, se considera sumamente necesario la adopción de leyes específicas de lucha contra la discriminación y la creación de campañas nacionales permanentes para promover el multiculturalismo real y el respeto de la dignidad de los afrodescendientes. Así también, se promueve la adopción de medidas para reducir la brecha educativa existente y el cumplimiento de la normativa internacional vigente al interior de cada uno de los Estados. Es importante a la vez, la adopción de medidas para eliminar el racismo y la discriminación en los medios de comunicación; el fomento activo a la participación de los afrodescendientes en la administración pública; el establecimiento de centros de estudios que aborden el fenómeno de los afrodescendientes. Finalmente, es de relevancia que se de un mayor desarrollo de los servicios de asistencia jurídicas y la creación de programas especiales para promover la educación de los afrodescendientes, entre otras acciones.
En ese marco, desde la Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas Amawtay Wasi (UINPIAW), reafirmamos nuestro compromiso para el reconocimiento, justicia y desarrollo de las personas afrodescendientes al rededor de la diáspora en general, y de los afroecuatorianos en particular y nos unimos a la lucha histórica por el respeto, la inclusión y reivindicación de derechos.
Responsable: Katherine Iveth Chalá Mosquera, Docente del Centro de Estudios de África y Afroamérica de la UINPIAW
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